Con la llegada del nuevo año somos muchos los que hacemos borrón y cuenta nueva en nuestras vidas, en el trabajo, con los amigos, con las cosas que están a nuestro alrededor… No en vano con la llegada del año nuevo nos proponemos conseguir propósitos que no hemos podido conseguir en el año vigente ya sea por una cosa o por otra, siempre nos quedamos esperando conseguir algo que nunca hacemos.
Lo mejor es renacer de las cenizas como el ave fénix, ser capaces de levantarnos después de una caída. Muchos son los que deciden perder peso, hacer más deporte y comer mas sano para poder ser un poco más felices según dicen. Otros pretenden dejar de fumar, algo difícil ya que llevan cuatro o cinco años diciendo lo mismo y siguen como al principio. Muchos deciden viajar este año todo o que no han viajado en el anterior, pero acaba siendo lo mismo que dijeron hace trescientos sesenta y cinco días y posiblemente sea lo mismo que dirán dentro de un año.
Existen maneras distintas de desprenderse de las cosas que no queremos de este año pasado, si hay algún trasto en casa que ya nos estorba, que ya no queremos ver más, un mueble, un aparato, cualquier cosa, lo que sea, todo se puede vender o se puede tirar y ya, acabado el problema. También los hay que se tienen que desprender de todo eso que han ido guardando a lo largo del año y que se acumula en los estantes y los cajones de los muebles, facturas, documentos, informes… todo esto no se puede tirar y ya porque la información que hay en estos documentos puede ser utilizada de manera fraudulenta, lo mejor es destruir los papeles con una de las maquinas que se comercializan en http://www.destructoras-de-papel.es/, de este modo puedes estar seguro de que nadie podrá leer ningún dato que hay impreso, nadie sabrá lo que está escrito en todos eso documentos que no sabes por qué se han multiplicado por cien en el último mes.
La actitud hacia el cambio debe de ser positiva, dejar paso a nuevas costumbres, no aferrarse a lo que llevamos haciendo siempre y ser capaces de afrontar los cambio debe de ser un nuevo propósito para el año que acabamos de estrenar, unos propósitos que nos hagan sentir bien con nosotros mismos y que consigan hacernos un poco más felices de lo que ya éramos.