Nunca está demás ampliar el conocimiento, mucho menos si se trata de aprender cosas que llaman a la reflexión para mejorar nuestra actitud o comportamiento, es por ello que en este pequeño espacio queremos expresar los significados de dichos que resultan de gran valor por su alto contenido de sabiduría.
Como sabemos los refranes son frases que surgieron hace algún tiempo de nuestros antepasados que quisieron expresar en pocas y sencillas palabras una lección de vida. Desaprovecharlos sería un desperdicio muy grande, porque vienen de esa experiencia que solo la dan los años y que ellos vivieron a su modo, pero quieren alertar a nuevas generaciones para que sean mejores, a partir de poner en evidencia las causas y consecuencias que traen ciertas conductas.
La selección es resumida, no obstante, la invitación es a indagar más al respecto, para nutrirse y aprovechar al máximo cada lección que traen estos singulares dichos populares.
“Cada persona es dueña de su silencio y esclava de sus palabras”, mientras no exterioricemos lo que opinamos y sentimos somos dueños de esa información, pero una vez que salga de nuestra boca ya debemos ser responsables de lo que pronunciamos. Los abuelos decían que lo más valioso de un hombre es su palabra, cuando pierde credibilidad ya no es nadie. Por tanto, hay que ser cauteloso de lo que se dice y por supuesto, siempre andar con la verdad.
“De lo que no veas ni la mitad te creas”, así como en el refrán anterior se invita a ser comedido con lo que se dice, en este se alerta sobre lo que hay que creer de lo que digan los demás. El cotilleo sobre algo o alguien sin pruebas, puede ser muy perjudicial, pero cada quien debe ser selectivo de lo que cree y confiar únicamente de aquello en lo cual es testigo directo y no hacer eco de lo que comentan otros sin tener la certeza de ello.
“El que calla otorga”, pero también está este otro dicho, que invita a no quedarse callado si no se está de acuerdo con algo, o si se observa alguna injusticia que se esté aplicando a otros, no podemos ser pasivos porque eso sería admitir o ser cómplice de ello. Todo esto de la conveniencia de hablar o no, parece complicarse, pero no es otra cosa que dar el debido uso a las palabras.
No hay que estar callado, ni hablar simplemente por darle uso a la lengua, ni creer cuanto chisme escuchemos, nuestros sentidos deben ser utilizados con mesura y responsabilidad.