Normalmente, cuando se habla de esta clase de trabajo, se suele relacionar al detective con una persona que se esconde; utilizando una gabardina, lentes oscuros, sombreros, etc., para evitar que su identidad sea reconocida por la persona o empresa que este investiga.
Este tipo de pensamiento hace que sea común creer que, los detectives privados, son idénticos a los que se definen en las novelas policiacas o en la pantalla grande; sin embargo, esto esta muy alejado de la realidad, ya que la ficción no tiene nada que ver con la actualidad.
Investigaciones privadas y empresariales de un detective
Esta clase de trabajo requiere de mucho seguimiento e investigación por parte del detective privado, pero no pienses que este seguimiento se trata solo de seguir a una persona a donde quiera que vaya, también es el rastreo de documentación pertinente. Ahora bien, los trabajos más comunes son:
- Casos de infidelidad: Cuando una de las partes desea saber si su pareja le es infiel, sin necesidad de preguntarle directamente, el detective entra en acción.
- Casos de custodia: Cuando, por ejemplo, un padre pelea la custodia de su hijo, desea que investiguen a la madre, para saber si las condiciones en las que vive su hijo son adecuadas.
- Casos de adicción: Esto sucede muy a menudo con personas que forman parte de la fama, aunque también puede suceder como en el caso anterior.
- Casos de localización: Sucede cuando es emite una orden de captura de una persona y esta se encuentra escondida, el detective investiga los posibles lugares donde la persona pueda encontrarse.
- Investigaciones económicas y laborales: Sucede muy a menudo durante un despido masivo, o cuando una empresa se declara en bancarrota.
- Investigaciones de propiedad: Se trata de investigaciones que aclaran si el dueño de la empresa, es el propietario legal de la misma.
- Investigación por accidente: Suele suceder cuando un empleado es despedido, después de sufrir un accidente dentro de la empresa, y este suceso es oculto al público.
Así mismo, un detective privado no trabaja solo, todas sus investigaciones son registradas y supervisadas por la policía; es decir, en esta clase de trabajo, una persona no puede contratar a un detective solo por capricho, contrariamente a lo que se enseña en la ficción.
Toda investigación debe ser legitima y emitida por un tribunal, al cual se le deben mostrar pruebas verbales o físicas (de tenerlas) sobre el caso, para que se amerite el trabajo de un detective privado. Aparte de esto, su trabajo es estrictamente confidencial y no puede divulgarlo libremente.